Estudio revela que 70% no busca “ayuda” profesional aunque tratamiento muestra 78,6% de eficacia
Chile, octubre de 2025 – El 69,7% de quienes tuvieron o tienen problemas de salud mental en Chile no buscaron ayuda o no pudieron acceder a un especialista, afectando a cerca de 1,3 millones de personas, según la undécima versión del “Termómetro de Salud Mental en Chile Achs-UC”, elaborado por la Achs y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales.
La situación se repite con quienes presentan síntomas de depresión y ansiedad: más de un millón tampoco accede a atención profesional, pese a que el 78,6% de quienes sí recibieron tratamiento reportaron mejoría significativa en su condición.
Daniela Campos, jefa de Riesgos Psicosociales de la Achs, señaló que “la baja percepción de necesitar consultar a pesar de tener síntomas es algo que se ha mantenido desde 2022 y nos llama a buscar iniciativas para fortalecer el acceso a salud mental y resolver las barreras de entrada que la gente percibe para consultar”.
Conducta de búsqueda de ayuda: factor crítico
Antonia Errázuriz, directora de Salud Mental, Comunidad y Bienestar UC, explica el fenómeno: “El principal factor es la conducta de búsqueda de ayuda. Las personas pueden experimentar malestar pero no etiquetarlo como problema de salud mental, normalizarlo o consultar únicamente cuando los síntomas son muy severos o incapacitantes. Factores como barreras de acceso, estigma asociado, estrategias de afrontamiento alternativas y factores culturales también contribuyen”.
El estudio, basado en metodologías internacionalmente validadas como GHQ-12 para problemas de salud mental, PHQ-9 para depresión y GAD-7 para ansiedad, encuestó a aproximadamente 2.500 individuos representativos de la población nacional urbana mayor de 18 años.
Eficacia comprobada del tratamiento
La evidencia científica del estudio demuestra impacto significativo del tratamiento: el 78,6% de quienes recibieron atención en los últimos 12 meses reportaron mejoría. Además, se observó caída drástica en quienes se sentían muy mal o bastante mal después de iniciar tratamiento: de 63,9% bajaron a 6,4% (caída de 57 puntos porcentuales).
Para David Bravo, director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, los resultados “evidencian que, si bien la política de salud pública apunta a abordar problemas de acceso, la mayor parte del problema radica en la falta de información o educación que lleva a que las personas no reconozcan los síntomas ni la necesidad de consultar. Abordar este punto representa un desafío tampoco reconocido por la política de salud pública hasta la fecha”.
Brecha de género en acceso y percepción
El estudio identificó diferencias significativas entre sexos: el 16,7% de los encuestados consultó a un profesional en los últimos 12 meses, con mujeres haciéndolo casi el doble que hombres (21,8% vs 11,2%). Actualmente, el 11,5% está en tratamiento, con brecha similar (15,3% mujeres versus 7,4% hombres).
En personas con sospechas o presencia de problemas de salud mental, más del doble de las mujeres sintieron necesidad de consultar comparado con hombres, más del triple consultó en los últimos 12 meses y está actualmente en tratamiento. Sin embargo, la eficacia del tratamiento muestra niveles similares entre ambos sexos, y el mejoramiento es mayor en hombres (58 puntos porcentuales) que en mujeres (41 puntos porcentuales), subrayando la importancia de que todas las personas accedan a tratamiento independiente del género.
Barreras para consultar: acceso y alfabetización
El 76,3% argumentó no haber consultado por dificultad de acceso: falta de recursos financieros, cobertura insuficiente o problemas de agendamiento, duración, horario o transporte, cifra 20 puntos porcentuales menor que el año anterior.
La alfabetización en salud mental fue la segunda dificultad: 20,2% creyó que el tratamiento no funcionaría, demoraría mucho o declaró no saber dónde acudir para agendar cita, 17 puntos menos que en 2024.
El 15,6% —35 puntos menos que en 2024— pensó que su problema mejoraría solo, no molestaba mucho o quería enfrentarlo por sí mismo, reflejando falta de confianza en la intervención profesional.
Paulina Calfucoy, gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de la Achs, enfatizó que “es fundamental generar condiciones reales para que pedir ayuda no sea un privilegio, sino una opción disponible para todos. Como Achs hemos puesto a disposición servicios de salud mental que combinan prevención, innovación y evidencia científica para acercar soluciones efectivas a más personas”.
El estudio longitudinal utiliza instrumentos validados internacionalmente: GHQ-12 (problemas de salud mental), PHQ-9 (síntomas de depresión), GAD-7 (síntomas de ansiedad), CoPsoQ (riesgos psicosociales), AUDIT-C (consumo de alcohol), ISI (insomnio) y UCLA-R (soledad percibida), garantizando rigor metodológico en la medición de indicadores de salud mental poblacional.