Durante la mañana de este miércoles 4 de noviembre, en Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, los candidatos presidenciales coincidieron en la urgencia de fortalecer la investigación, la tecnología y la educación científica como motores de crecimiento sostenible para Chile.
A lo largo del Debate Presidencial ARCHI 2025, la ciencia, la innovación y la tecnología emergieron como parte de los ejes estratégicos para enfrentar los desafíos económicos y sociales del país. En una transmisión que se escuchó en todo Chile y con una cifra altísima de audiencia, más de 4,5 millones de auditores, incluyendo a Magallanes, región clave para la investigación polar y energética, los candidatos delinearon visiones diversas sobre el futuro del conocimiento y la inversión científica.
El candidato Harold Mayne-Nicholls propuso impulsar la “Ciudad del Sol” en Caleta, su localidad natal, concebida como un polo de innovación tecnológica y energía solar para el norte del país. “Chile debe generar una cultura innovadora y atraer a sus jóvenes profesionales con proyectos de futuro”, afirmó, citando el ejemplo de los premios Nobel de Economía 2025 Joel Mokyr y Phillipa Aghion como referentes del desarrollo basado en conocimiento.
Desde una mirada estructural, el profesor Eduardo Artés defendió una planificación estatal en sectores estratégicos como la minería, la banca y la energía. Propuso “crear laboratorios de análisis en los puertos para controlar los recursos naturales y recuperar la propiedad nacional del cobre y el litio”, como una vía para garantizar soberanía tecnológica y científica.
Por su parte, el candidato Marco Enríquez-Ominami planteó la necesidad de fortalecer la educación inicial y la formación científica temprana: “El gran ausente de la política pública es la infancia. Sin inversión en educación inicial y científica no hay futuro”. En tanto, el líder del Partido de la Gente, Franco Parisi, propuso medidas prácticas vinculadas a la movilidad académica, asegurando que “los estudiantes de odontología y otras carreras puedan convalidar sus títulos en el extranjero con apoyo de los embajadores”.
En materia de salud e innovación pública, la candidata Janet Jara destacó la necesidad de fortalecer los incentivos para que los profesionales del área se mantengan en regiones. “Debemos garantizar atención de calidad en todo el país, no solo en Santiago. Eso implica formar especialistas, ofrecer condiciones laborales dignas y asegurar infraestructura tecnológica que permita atención remota y diagnósticos oportunos”, señaló, subrayando la importancia de combinar salud, descentralización e innovación médica.
Por último, la abanderada de la UDI, Evelyn Matthei, destacó la urgencia de modernizar el sistema público a través de la ciencia y la tecnología. “Chile necesita volver a funcionar, con hospitales que usen innovación y gestión eficiente”, afirmó, proponiendo fortalecer la educación científica y la digitalización de procesos de salud para reducir las listas de espera y mejorar la atención en todo el país.
El debate también tocó la relación entre innovación y sostenibilidad. Algunos postulantes al sillón presidencial coincidieron en que Chile debe avanzar hacia una producción más ecológica, utilizando energías limpias y por, sobre todo, apoyar la investigación científica, en cambio otros postulan que lo más importante es rebajar la rigurosidad al sector privado para apoyar en generar mayor inversión en estas áreas. La ciencia se instaló como un tema transversal en el debate presidencial, con visiones que van desde la planificación estatal hasta el emprendimiento tecnológico. En Magallanes, territorio estratégico para el estudio del cambio climático, la astronomía austral y la exploración antártica, las propuestas fueron seguidas con especial interés, esperando que el conocimiento sea una pieza clave en la agenda del Chile que viene.